El otro día hablaba con un compañero sobre si el PSOE conseguirá cambiar su cara, hacerse un lifting y volverse guapo y atractivo de nuevo. El camino parece tan difícil como el de muchas folclóricas pero deben intentarlo.
El mediático Pedro Sánchez lleva ya más de cien días al timón de un barco que más parece un viejo cascarón medio podrido que el gran buque que fue antaño el PSOE. Pero además de pasearse por las teles y radios en una acertada campaña de aperturismo, que no se ve acompañada de hechos ni por parte suya ni por la tripulación de su barco, sigue sin concretar nada al respecto de algo fundamental como son los dineros.
¿El PSOE ha conseguido confeccionar un plan económico distinto al inoperante del PP?¿ Tienen en Ferraz un plan creíble, posible y viable para sacarnos de esta?. Me parece que don Pedro ha olvidado que uno de los principios de este desastre (uno de ellos, hay miles más) fue el nefasto día en el queZapatero, que no debió acudir a “las dos tardes” que le prometió Jordi Sevilla para aprender algo de economía, se tiró al monte, se pasó al “lado oscuro” e introdujo unas medidas económicas que él mismo admitió poco socialistas, sobre todo se “lució” con la reforma del artículo 135 de la Constitución Española, esa reforma que bendijo el propio Sánchez con su voto y que ahora, aparentemente arrepentido, dice querer cambiar. Una reforma que pregonaba como valor primordial el principio de equilibrio, para entendernos, algo así como que lo más importante de todo ya no es el bienestar de los ciudadanos sino que las cuentas cuadren, dejándonos en manos de la banca y otros tiburones financieros. Ese día falleció el PSOE para la causa socialista, en Ferraz se admitió que sus planes no eran posibles, el gobierno se fue con “los mercados” olvidando sus propios orígenes y protagonizó un matrimonio extrañísimo (que así nos ha ido) con las doctrinas liberales. Un matrimonio que lejos de dar por finalizado amenaza con perpetuar hablando de pactos de gobierno al precio que sea simple y llanamente por el verdadero pánico que tienen todos a “lo nuevo” .
Este hombre ha aprendido poco y sigue sin enterarse que los tiempos han cambiado y sin escuchar lo que le pedimos, mientras en el PP aplauden hasta con las orejas , al ver que no tienen todo perdido, un espanto.
Una familia puede tener todas las ideas y proyectos que le apetezcan pero si no hay dinero en la cuenta del banco no va a pasar del cuento de la lechera, mal asunto. Lo mismo ocurre en un gobierno, todas las políticas que se pueda querer llevar adelante en materia social, justicia, educación… dependerán, al final, de si hay dinero en la caja o no. Hasta ahí de acuerdo, pero entonces hay algo que inquieta ¿El nuevo Secretario General habrá encontrado unos planes realistas y socialistas para hacer frente a las facturas o nos está vendiendo humo? La verdad es que me gustaría saber que tiene el proyecto encima de la mesa pero sigue diciéndonos algunas cositas sin concretar nada, más bien da la apariencia de andar tocando teclas a ver si suena la flauta, espero de verdad que no sea así, pero es lo que parece. Todavía, a pesar de la olla a presión que suponen las encuestas, no nos ha dicho que lleva en la cabeza y como intentaría conseguir que este muerto se levantase. Ahí, explicándonos claramente como pretende poner en marcha este motor es como debería intentar convencernos. Ahí es donde debería marcar las diferencias con el PP si quiere demostrarnos que ya no son más de lo mismo, si no lo consigue ya sabe el futuro que le espera.
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